El príncipe Xun dijo: "Cuando estaba en la capital, vi a una persona haciendo malabares en el mercado. Llevaba una caja de madera con muchos compartimentos, un total de doce agujeros. En cada compartimento había una rana. El malabarista golpeaba las cabezas de las ranas con una vara delgada y estas croaban. Si alguien le daba dinero, él golpeaba aleatoriamente las cabezas de las ranas, como si estuviera tocando una melodía en un tambor de nube, con notas musicales distintas y claras."
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