Un comerciante viajaba en barco por el Mar del Sur. A las tres de la madrugada, de repente, la cabina se iluminó como si fuera amanecer. El comerciante se levantó y vio que en el mar había una criatura enorme, con la mitad de su cuerpo asomando por encima del agua, parecía una montaña; sus ojos eran como dos soles nacientes, irradiando luz y iluminando todo el mar. El comerciante se quedó asombrado y preguntó a las personas a bordo, pero nadie sabía qué era eso. Todos se agacharon en la cabina para observarlo. Después de un rato, la criatura comenzó a hundirse gradualmente en el agua y desapareció. Entonces, la noche volvió a oscurecerse.
Más tarde, el comerciante llegó a Fujian, donde la gente decía que en una noche repentinamente se iluminó y luego se oscureció, considerándolo un fenómeno extraño. El comerciante calculó la fecha que la gente mencionaba y resultó ser la misma noche en la que vio la criatura en el barco.